La gestión de riesgos ha ido tomando cada vez más fuerza e importancia en las empresas, hasta el punto de que, en la actualidad, está considerado una actividad esencial para la buena marcha de las organizaciones y, a veces, incluso para lograr su supervivencia en un mercado globalizado y competitivo, donde la falta de previsión ante las situaciones adversas puede resultar fatal.
A medida que el control de riesgos se ha ido convirtiendo en un área básica y puntual de las empresas, su ejecución se ha ido haciendo cada vez más compleja. Actualmente, la gestión de riesgos no se limita a la evaluación de los riesgos de las actividades de la empresa considerados más peligrosas o proclives a sufrir un mayor número de incidencias. La perspectiva actual es mucho más amplia e integral, abarcando el análisis conjunto de todos los procesos de la empresa: sistemas de producción, gestión, operativa, contabilidad, gestión económica, cuestiones fiscales, etc.
La consultoría en gestión de riesgos, muchas veces externalizada a una empresa especializada es, probablemente, la mejor manera de garantizar un trabajo eficaz, donde se tengan en cuenta todos los parámetros y variables y permita a la empresa gestionar los riesgos de un forma óptima, priorizando ante todo las medidas preventivas para que las incidencias no lleguen siquiera a materializarse.
¿Por qué es importante ejecutar una consultoría de riesgos?
Las empresas se enfrentan a riesgos muy diversos: legales, operativos, tecnológicos, reputacionales, fiscales, etc. que, de no tratarse adecuadamente, impedirán cumplir los objetivos definidos por la organización. Ese es el motivo más importante por el que es muy recomendable realizar un consultoría de riesgos.
Además, existen otra serie de beneficios adicionales relacionados con la consultoría de riesgo:
Permite a la empresa obtener un conocimiento transversal de los procesos, amenazas y medidas de control necesarias.
Proporciona una visión integral de los diferentes tipos de riesgos potenciales, en especial de sus interrelaciones.
Ayuda a potenciar la imagen corporativa de la empresa, tanto a nivel externo (clientes, proveedores, socios), como externo (empleados y profesionales). Una empresa que se preocupa por prevenir y tratar riesgos proyecta una imagen de marca solvente, seria, con visión de futuro y preocupada por la salud e integridad de sus propios empleados y de terceros.
¿En qué consiste una consultoría de riesgos y qué tipo de información proporciona?
El principal trabajo de una consultoría de riesgos es la elaboración de auditorías internas en gestión de riesgos. Tanto si la empresa cuenta con su propio departamento de prevención y gestión de riesgos (es obligatorio por ley en empresas de un cierto tamaño, especialmente en determinado sectores) como si no, los informes emitidos por la auditoría de riesgos proporcionan una información muy valiosa sobre aspectos como:
Determinar cuáles son los principales riesgos a los que se enfrenta una empresa y las posibilidades de que ocurran.
Detectar debilidades y vulnerabilidades.
Comprobar si las medidas de control, prevención o acción en caso de crisis que tiene establecidas la organización son las adecuadas, proponiendo nuevas acciones o sugiriendo mejoras o refuerzos de algunos puntos especialmente vulnerables en caso necesario.
Crear, actualizar y mejorar estrategias, protocolos y planes de gestión de riesgos.
Consultoría de riesgos y gestión de riesgos
Con el fin de ganar en eficacia y eficiencia en el control de riesgos, apostando por la prevención y actuando con las medidas adecuadas para amortiguar sus efectos sin finalmente se produce alguna incidencia, es importante combinar el trabajo de consultoría (análisis, auditorías, establecimientos de planes y medidas de tratamiento de los riesgos, etc.) con la gestión de riesgos en el día a día, que son funciones y deberes que corresponden a los propios empleados.
La consultoría de riesgos consiste en una metodología de detección, control y tratamiento de riesgos que, posteriormente, debe ser ejecutada por el conjunto de profesionales de la empresa. La consultoría sería, por lo tanto, la base teórica del control de riesgos mientras que la gestión de riesgos podría definirse como la puesta en práctica de las medidas, acciones y protocolos definidos.
Consultoría y gestión de riesgos son, por lo tanto, procesos complementarios y ambos necesarios para que cualquier empresa pueda llegar a tener el control necesario de las variables relacionadas con los riesgos de la empresa, la definición de la estrategia sobre prevención y tratamiento de riesgos, así como su correcta ejecución, corrección y mejora en caso necesario.