¿Son el sueldo y el salario sinónimos? La respuesta es no. Aunque ambos conceptos se refieren a la compensación económica o remuneración que reciben los empleados de una empresa, existen una diferencia entre sueldo y salario que viene determinada por una serie de matices que explicaremos a continuación.

¿Qué es el sueldo de un empleado o un profesional?

El sueldo es una remuneración fija que recibe el trabajador o el profesional contratado para realizar un trabajo específico durante una jornada laboral concreta. Se trata, por lo tanto, de un concepto fijo determinado por una cantidad o monto económico a cambio de un tiempo de trabajo. En un principio, ni la cantidad a pagar ni la jornada laboral van a sufrir variaciones, y lo mismo ocurre con la periodicidad de pago.

Las condiciones tienen que pactarse entre el trabajador y la empresa o empleador antes de comenzar la relación laboral y de mutuo acuerdo por ambas partes.

En resumen, el sueldo es una cantidad fija de dinero que el empleador abona a sus empleados, muchas veces a final de mes, independientemente de que se trate de un día festivo, por ejemplo.

¿Qué es el salario? 

El salario es un concepto un poco diferente que hace referencia también a la remuneración que percibe el trabador, pero en esta ocasión calculada en función de las horas que dedica a su actividad y, en algunos casos, sobre la cantidad de trabajo que efectivamente realiza.

Explicado de otro modo, el salario es la cantidad económica que el empleado recibe a cambio de sus servicios tomando como base parámetros como un día o una hora.

Entonces… ¿cuál es la diferencia entre sueldo y salario a efectos prácticos?

La distinción fundamental entre sueldo y salario es que el sueldo es una cantidad siempre fija de dinero que el empleador paga a sus empleados, independientemente de que se trate de un día festivo, por ejemplo.

Sin embargo, el salario es variable,  ya que si un empleado está contratado por días o por horas, cuando se trata de un festivo que no trabaje u otras circunstancias  provocarán que la cantidad que perciba por su trabajo sea distinta.

¿El sueldo y el salario sirven para atraer y retener talento en la empresa?

Hemos empezado el artículo con una pregunta y ahora continuamos con otra: sí el salario o el sueldo, que en el fondo son dos formas de calcular la contraprestación exclusivamente económica de un trabajador, es suficiente para atraer (y retener) los mejores profesionales en la empresa.

la respuesta también es no, o al menos no exclusivamente. Indudablemente, la remuneración es un factor muy importante, que todos los empleados tienen en cuenta a la hora de elegir trabajar en una determinada empresa y, más adelante, seguir o no vinculado a ella. Pero no es el único motivo.

Especialmente los empleados que pertenecen a una generación joven, y muchas veces muy bien preparados, como son los millennials, valoran otras muchas cosas, además del sueldo o el salario, en una empresa.

El buen ambiente laboral, los valores de la organización, las oportunidades para conciliar la vida familiar y personal con la laboral y, en definitiva, el bienestar en el lugar de trabajo son factores claves para que un buen profesional quiera trabajar con nosotros, rinda más y no se sienta atraído por vender su talento a la competencia.

Para poder satisfacer este tipo de demandas, las empresas deben recurrir a otro tipo de remuneración, el llamado salario emocional, el cual incluye todas aquellas compensaciones no económicas, enfocadas en las emociones y el bienestar, en definitiva, en hacer la vida más fácil a sus empleados para que estén más satisfechos y felices.

Incentivos como ofrecer una plataforma de retribución flexible que incluya tickets guarderíaticket transporte o ticket restaurant, así como condiciones especiales en gimnasios y otros lugares de ocio, están muy bien valorados entre los jóvenes empleados.

Otras formas de retener talento es la flexibilización horaria, a ser posible combinada con teletrabajo, y también esos pequeños detalles que, erróneamente, muchos responsables de empresas pasan por alto: un entorno de trabajo cómodo, luminoso, limpio, espacioso, con un espacio donde relajarse con los compañeros y lograr unos minutos de relax y desconexión de máxima calidad, que muchas veces son imprescindibles para poder rendir a un nivel alto durante el resto de la jornada.

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