Cualquier sabotaje deliberado contra los sistemas informáticos de una empresa o particular, incluyendo hardware, software, redes, servicios en la nube etc., puede considerarse un ciberriesgo, existiendo una tipología muy amplia y variada en cuanto a métodos de ciberataque, posibles consecuencias y formas de contrarrestarlos.
Cuáles son los principales tipos de ciberriesgo
Estos son los tipos de ciberriesgo más comunes a los que se tienen que enfrentar en la actualidad las empresas y los usuarios en general:
Malware
Este término sirve para definir diversas formas de software dañino, como virus o ransomware. El modus operandi de estos ataques es siempre el mismo: se introduce un virus malicioso en un ordenador, sistema o red sin el consentimiento del usuario con objetivos diversos: destruir o robar datos o información de todo tipo, inutilizar el software de un equipo, bloquear una red, etc. Este tipo de ciberataque puede tener consecuencias catastróficas.
Phishing
Consiste en el riesgo de que alguien consiga suplantar nuestra identidad virtual, en la mayor parte de casos mediante la consecución de claves y contraseñas, con todo lo que puede llegar a acarrear: envío de emails fraudulentos, movimientos bancarios no autorizados, destrucción de archivos, robo de datos, etc.
Ataque de inyección SQL
Se trata de un ciberriesgo específico de un servidor SQL, lenguaje de programación cada vez más usado por las empresas que donde se almacena información personal de gran sensibilidad: datos bancarios, tarjetas de créditos, contraseñas personales etc. El arma que se utiliza en estos ataques es la introducción de códigos maliciosos.
Denegación de servicio (DoS)
Se trata de un método de ataque novedoso y sofisticado que consiste en sobrecargar un servidor con un exceso de tráfico en un sitio web, llegando a impedir la dificultad del servicio. El perjuicio para al empresa puede ser muy importante en términos de pérdidas económicas, pudiendo también desencadenar una crisis por el menoscabo del prestigio de la organización o la pérdida de confianza de sus clientes.
Además existen otra serie de ciberataques menos frecuentes pero que es necesarios tener en consideración, como el sabotaje de códigos QR, la modificación de parámetros de inteligencia artificial o la inutilización de servicios públicos básicos.
Cómo contrarrestar los diferentes tipos de riesgo ciberriesgo
Los ciberriesgos existen, son frecuentes y cada vez son más novedosos, sofisticados y dañinos y esto implica que la seguridad informática sea, hoy en día, uno de los grandes retos de las empresas. Para contrarrestar los ciberriesgos de manera efectiva es fundamental poner en marcha una estrategia fundamentada en los siguientes pilares:
Análisis de la vulnerabilidad, tanto en equipos como en software y redes
Instalación y actualización del software de protección adecuado: programas antivirus, cortafuegos, filtrados web, etc.
Realización de copias de seguridad con la calidad y frecuencia adecuada.
Seguimiento estricto de la legalidad vigente sobre protección de datos y ciberseguridad.
Puesta en marcha de las medidas preventivas necesarias: formación y concienciación de los empleados en materia de seguridad informática, puesta en marcha de protocolos de acceso a la información efectivos, bien estructurados y jerarquizados, entre otras acciones.
La seguridad informática es una cuestión compleja en el que se entremezclan cuestiones legales, con infraestructuras y medios técnico, así como una adecuada formación e implicación de los empleados. No se puede olvidar que en seguridad informática no se puede dejar nada al azar y baja la guardia puede pagarse muy caro.
Los piratas y hackers informáticos están constantemente ideando nuevas formas de suplantar identidades, borrar información importantes, inutilizar equipos y robar datos de terceros con fines ilegítimos. Por este motivo, para conseguir los mejores grados de seguridad hay que ir siempre un paso por delante de ellos y, desde esta situación de ventaja, planificar e implementar estrategias de seguridad digital integrales y robustas.
No es fácil tener los últimos conocimientos tanto en tipologías de ciberriesgos como en sistemas para contrarrestarlo: una cuestión indispensable para alcanzar un buen nivel de seguridad digital. Pero además hay que disponer de los recursos y capacidad humana material y técnica para: realizar auditorías y análisis de la situación previa y potenciar peligros y luego elegir, instalar, configurar y actualizar los distintos sistemas y mecanismos de seguridad.
Por todo ello es muy recomendable ponernos en manos de expertos y a la vez tomar medidas para paliar las consecuencias en el supuesto de que las medidas adoptadas no sean suficientes.
Transferir el riesgo al sector asegurador es una solución, porque pone a los mayores expertos en materia de ciberseguridad al alcance de cualquier empresa, dando respuesta a los incidentes informáticos que puedan suceder y en caso de no poder evitar consecuencias de los mismos hacer frente a sus consecuencias económicas.